Recuerdo cuando era niño, en los años 80: mis padres solicitaron una línea telefónica para nuestra casa. Estaba emocionado porque ya no tendríamos que ir al teléfono público, que no estaba muy cerca. Después de dos años, nos enviaron una nota informando que en 8 a 10 meses instalarían la tan esperada línea telefónica. En casa estábamos muy emocionados, al punto de contar los meses. Primero instalaron el poste que sostendría el cable telefónico y, unos tres meses después, finalmente instalaron la línea, luego de casi tres años de espera. ¡Por fin podíamos llamar desde la comodidad de nuestro hogar!
¿Pueden imaginar la diferencia con el día de hoy? Ahora, uno llega a cualquier lugar y en menos de una hora ya puede tener un teléfono nuevo en mano y con Internet. Guatemala es, de hecho, uno de los países con los precios más competitivos en telefonía e Internet en la región. Esto se debe a la privatización de Guatel; no quiero ni imaginar el atraso que tendríamos como país hoy en 2023 si la telefonía, y con ella el Internet, no se hubieran privatizado.
La industria de software y centros de llamadas en el país, que genera más de 30,000 empleos, difícilmente se habría desarrollado, y mucho menos tendría el tamaño y alcance que tiene hoy.
En este contexto, hablando del nivel de competitividad existente en Guatemala en cuanto a Internet, revisando algunos datos, hay aproximadamente 361.4 millones de usuarios de Facebook en América Latina. Instagram superó los 200 millones de usuarios en 2021 y es la segunda red social más utilizada en el mundo. Los cuatro países de la región que tienen mayor alcance poblacional con la publicidad en esta red social son: Argentina con un 68%, Brasil con un 67%, Colombia con un 43% y México con un 37%.
Por eso, el título de nuestro artículo: uno de los temas que las empresas deben cuidar es cómo compra el consumidor actual. Cada vez tenemos compradores más jóvenes; el 80% de la población del país tiene menos de 30 años y está más informada sobre precios nacionales e internacionales. Esta nueva generación difícilmente conoció una guía telefónica o catálogos para buscar dónde comprar sus productos. Ellos abren su buscador de Internet o su red social preferida y colocan palabras clave como “automóviles cerca de” <tu dirección>, “refrigeradoras mejores precios”, “computadoras baratas”, y el buscador les ofrece miles de opciones.
Sabemos también que esta búsqueda difícilmente va más allá de la primera o segunda página de los resultados; estos jóvenes buscan resultados inmediatos. Entendiendo este comportamiento, ¿se imaginan una empresa que no tenga página web, que no tenga página de Facebook, un perfil de Instagram (si su cliente es joven), o incluso un perfil en TikTok? ¿Se imaginan que una empresa no aparezca por su nombre o por sus palabras clave en las primeras páginas del buscador?
Las empresas que no inviertan en marketing digital están condenadas a desaparecer del mapa, especialmente ahora que los usuarios buscan informarse, leer testimonios, reseñas, comparaciones de material audiovisual, tutoriales, y mucho más contenido que les oriente sobre dónde comprar.
Este cliente que puede buscar un producto en Amazon.com, ver el precio y el costo de importarlo, incluso puede decidir comprarlo en línea y no a una empresa guatemalteca. Las empresas ahora deben estudiar y conocer a sus consumidores. Antes se invertía en colocar un anuncio en la guía telefónica o en medios impresos, ahora se debe invertir en medios digitales. Con más de 361.4 millones de usuarios de Facebook, se pueden realizar campañas hiperpersonalizadas que, comparadas con una valla publicitaria, resultan más rentables, ya que nos brindan información valiosa: podemos saber exactamente cuántas personas vieron el anuncio, sus edades, género, preferencias, y obtener datos esenciales para conocer al cliente y posicionarse en su mente como la opción que están buscando. Es posible llevar un negocio a una nueva era.